Creemos que la verdad
está más allá de lo que vemos,
y nos preguntamos una y otra vez
a dónde iremos el último día,
en qué lugar estaremos
a partir de ese momento,
cuánto podrá durar
el pesado y difuso marchitar
tras la época de flores.
Pero la respuesta la conocemos bien,
porque la verdad está en cada rincón
escondida, al acecho, esperando eternamente.
El tiempo parece volar,
pero la planta brota lentamente;
los lugares están más cerca unos de otros
desde que doblamos los mapas,
pero apenas podemos subir las escaleras.
Porque no hay verdad más cierta
que un vacío eterno,
no hay respuesta más precisa
que un bosque denso e impenetrable,
no hay misterio más obvio
que una pared blanca abandonada.
Así que no preguntes con timidez;
observa y husmea atentamente,
y trepa hasta las plantas que brotan.
Allí, entonces,
están aquellos que nos dejaron.
Amuitz 